04 junio 2013




EL CASO DE LOS “AYMARAS SIN FRONTERAS” BOLIVIA-CHILE-PERÚ

 

Por Nilo Meza Monge


 

No es ningún secreto que Chile, desde hace mucho tiempo, pero con especial énfasis desde hace 30 años, ha venido planificando diversas estrategias destinadas a dar sostenibilidad al desarrollo de las provincias de Arica y Parinacota, cuya escasez hídrica y energética resulta una importante restricción a lo largo de su historia que le impide concretar objetivos de desarrollo de manera autárquica dentro de su propio espacio territorial. Es por ello que ha trazado sucesivos modelos para mejorar el acceso a recursos hídricos y energéticos más allá de sus propias fronteras, así como a otras oportunidades económicas (comercio, turismo e industria) que ofrecen el sur peruano y el occidente boliviano.

Mientras tanto, a diferencia de la dinámica política de fronteras de Chile, el Perú se ha concentrado en esquemas de “defensa” y de “integración hacia adentro”. Esta situación ha colocado a nuestro país en permanente actitud reactiva frente a las iniciativas chilenas en un contexto donde el estado de desconfianza y recelo mutuo en las relaciones bi y trilaterales se convertía en lugar común, alimentado tanto por pretensiones atribuibles a los objetivos estratégicos chilenos como por la inexistencia de una estrategia equivalente para el sur peruano y occidente boliviano, que han impedido la generación de espacios de negociación que permitan explorar potencialidades de desarrollo trinacional con beneficios compartidos.

En ese contexto, alrededor de un olvidado lugar llamado “Tripartito”, confluencia de territorios bolivianos, chilenos y peruanos, al sur de la Zona de Integración peruano-boliviana, se está dando un proceso inédito de integración fronteriza trinacional promovido por actores locales que, sin conocer la Decisión 501, caminan en una dirección perfectamente compatible con ella.